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MARCELA SOTO

¿Por qué decorar no es lo mismo que diseñar?

Aunque con frecuencia los conceptos suelen confundirse, decorar no es lo mismo que el diseño de interiores.
Lo que sí es cierto es que ambas disciplinas son fundamentales, se complementan entre si y crean un todo, sin embargo, es importante destacar que cuentan con diferentes tipos de habilidades.

En cuanto al diseño de interiores, esta es una disciplina que tiene como objetivo crear los espacios dentro de una casa, oficina o edificio. Son estos profesionales los que conocen de arquitectura de interiores y que puede trabajar en obras para hacer toda la propuesta de diseño.

Además, se encargan de hacer planos, presupuestos, coordinar obras, coordinar pagos y tiempos de entrega, con el propósito de llevar a cabo el desarrollo conceptual del espacio interior: desde la forma de las ventanas, el material del
piso, la loza sanitaria y la grifería, hasta los acabados del cielo y las paredes. De allí que tenga una mayor cercanía al maestro de obras.

La meta del diseñador de interiores, es crear espacios que sean funcionales y que se adapten a las necesidades del cliente, es decir, es quien coordina todas las instalaciones, llevando a cabo el montaje final del proyecto.

Por otro lado, los diseñadores conocen acerca de proyectos residenciales, comerciales, de oficinas y hoteleros. Eso sí antes de diseñar deben tomar en cuenta muchos aspectos:

  • Proyectos residenciales: Gustos de la familia, lo que no quieren, requerimientos especiales conocer su día a día y sus expectativas.
  • Proyectos comerciales: Mercado meta, su competencia y sus requerimientos dependiendo del tipo de negocio.
  • Proyectos de oficinas: Tipo de negocio, los clientes, las necesidades de los empleados y si buscan tener relación con su libro de marca.
  • Proyectos hoteleros: Mercado meta, tipos de habitaciones, tipos de restaurantes, entre otros.

 

Terminada esta fase viene el trabajo del decorador de interiores.

El decorador, tiene la tarea de que esos espacios destaquen la armonía del lugar, a partir de la ornamentación y que luzca con el concepto que el cliente desea, ya sea para un lugar de descanso, o de un sitio que irradie armonía con la naturaleza, o bien, con el tono serio de una oficina, por una temporada o para un evento.

Debe seleccionar los mejores cuadros, el papel tapiz, las cortinas, los adornos y demás detalles que cumplan con ese concepto que el cliente busca impregnar en su aposento.

Por ello, los decoradores deben conocer, al igual que los diseñadores de interiores, todas las tendencias e ideas en el mercado tanto nacional como internacional; deben conocer también acerca de los colores, sus combinaciones y
saber cuándo y cómo utilizarlos.

En este punto, podemos decir que tanto el diseño de interiores como el decorador van de la mano, pero también, es importante tener claro la tarea de cada uno de los profesionales en estas disciplinas, para alcanzar los objetivos deseados.